martes, 31 de marzo de 2009

Postre de crisis parte 3


A Raúl y a Javier les tocaba hacer cola detrás de paco y paca pero con un buen puñado de paketitos de sabritas al menos uno por cabeza, para ke por supuesto don Joakin se apurara a atender a los Pacos y les prestara atención a los “weritos” ke además y dicho sea de paso, eran los carita fresa de la banda, eran weritos, rubios y de ojos claros, piel muy blanca y llenos de pecas, ellos decían ke su abuelito era de España y ke sus papas los llevarían en alguna ocasión de vacaciones a la tierra de su abuelo. Lo cual hicieron mucho tiempo después y nos trajeron como prueba un colorido folleto acerca de un famoso ballet en Madrid en donde las bailarinas hacían su presentación sin sostén. Si les creímos. Por sus características el tendero tendría ke ponerles mas atención, no solo por le hecho de ke parecían los del dinero, sino por ke además llevaban en sus manos productos ke por su precio, representaban ( según nosotros) una cantidad no despreciable para las operaciones de la tiendota.

Rosalía era las chikita del grupo así ke ella solo le tocaría dar vueltas y vueltas alrededor de los anakeles con las manos estiradas de lado a lado observando y tocando todos los productos de los pasillos, como para ke si la viera don Joakin desde su puesto de vigía detrás del mostrador, perdiera el tiempo siguiéndola con la vista pensando ke tiraria algo y lo rompería, o ke se yo el chiste era ke también tendría ke distraerlo.

Memo y yo, éramos kienes perpetraríamos el acto final. Ya estaban todos adiestrados y tenían todos su propia parte de la misión. Ya estábamos en el lugar y ubicados todos en sus posiciones. Los dulces no eran nuestro objetivo, por ke además los ke valían la pena estaban bajo control absoluto de don Joakin, las “chatarritas” ke traían los weritos, tampoco lo eran aunke tendrían ke comprar algunas al llegar al mostrador para no despertar sospechas y para ke la visita y la cola fueran convincentes. El dinero ke llevaban en sus bolsillos, a propósito era menos de lo ke costarían todas las bolsitas ke llevaban, pero el suficiente para pagar un par de las mismas. Así ke el articulo ke menos despertaría sospechas, el menos vigilado el mas lejano de la vista del dueño de la tienda, ese! Ese, era nuestro objetivo. Un frasco de a kilo lleno de la mas fina, espesa, fabulosa y deliciosa CAJETA, ke para nosotros era el dulce tradicional Mexicano de la mas alta calidad. Rosalía tenia sus argumentos en contra, como por ejemplo el hecho de ke le cajeta estaba hecha a base de leche de cabra, y ella sostenía ke no era posible ke una cosa tan sabrosa viniera de un animal tan feo y además no era lógico ke en la etiketa del frasco dijera ke estaba kemada, si no sabia ni olia a humo.

El tamaño de akel frasco comparado con el de nosotros, era imponente, o al menos a si lo recuerdo, el problema no era poder sustraerlo de la tienda, sino transportarlo sin ke nos cayéramos con el o ke en el trance emitiéramos algún sonido o kejido ke nos fuera a delatar. Memo y yo desarrollamos una estrategia ke era un lujo en sincronización y trabajo de ekipo ya ke mientras caminábamos hacia la salida yo pasaba mi brazo izquierdo sobre sus hombros y el hacia lo mismo con su brazo derecho en un abrazo fraternal mientras dándole la espalda al mostrador, sosteníamos ambos con nuestros brazos libres el frasco de cajeta, usando nuestros estómagos como respaldo para el botín akel. Rosalía ya sabia ke al vernos salir de la tienda tendría ke seguirnos por ke no keriamos exponerla a ningún interrogatorio suspicaz por parte de akel adulto ke era como el cancerbero ke nos separaba de nuestro mas dulce momento de felicidad.

Nosotros, kienes estábamos corriendo el riesgo mas alto, nos haríamos primero del callejón y ahí esperaríamos a los demás. Ya sabíamos ke todos los integrantes de la banda teníamos dotes especiales para mentir o mejor dicho “disfrazar” la verdad y poder escaparnos de situaciones de peligro en las ke hubiera adultos involucrados, así ke sabíamos bien ke todos saldríamos bien librados del asunto pasara lo ke pasara, es decir, nos cacharan o no.

Habiendo alcanzado el callejón, Memo, Rosalía y yo nos enfrentábamos a un reto de menores proporciones pero ke nos causo una preocupación: la pinche tapa del frasco estaba durísima de abrir…

Continuara…

sábado, 28 de marzo de 2009

Postre de crisis parte 2


Habiéndonos reunido en el callejón para repartirnos de manera ekitativa el botín resultado de la “limpieza” del auto de Don memo, nos dirigíamos a la tiendita de Don Joakin. Esta se hallaba ubicada a dos cuadras de donde nos reuníamos, lo cual significaba ke por la gran distancia ke recorreríamos y el gran esfuerzo ke realizaríamos, seguro regresaríamos sedientos, sobre todo si teníamos ke correr por alguna razón.

En la eskina de nuestra calle había otra miscelánea ke atendía doña Maruca, pero a esa señora no le gustábamos naditita, de hecho no le gustaban los niños, es mas corrían fuertes rumores ke el hecho de ke estuviera soltera y no tuviera hijos le habían deformado en una terrible bruja mutante ke se comía a cuanto señor cayera en sus garras. Eso lo decíamos con bases bien firmes. Por ke mas de uno de nosotros habíamos escuchado ya, de bocas de nuestros padres frases como: “Ahora la Maruca se he de haber comido al del bimbo” o “el de sabritas? Nombre a ese ya se lo comió la Maruca”asi ke no íbamos a ser tan tontos de correr el riesgo de ke akella regañona señora nos diera también alguna mordida o algo peor; por lo cual ese punto aunke cercano, pues definitivamente no lo visitaríamos. Estaba también la casa de la tía de Meche, ke tenia una mesita con dulces a la venta, no era un negocio establecido, simplemente era una señora a la ke se le había ocurrido la buena idea de ponerle sus hija un pekeño negocito de dulces y ke la verdad estaba mucho mejor surtido de golosinas ke cualkiera otro de los estankillos de la colonia, sin embargo presentaba una gran problema, la mesita estaba justo a un costado de la puerta de su casa, había ke llegar tocar el timbre y comprar uno a uno ya ke el reducido espacio no permitía ke mas de un niño estuviera cerca de la mesa, por si esto fuera poco, las hijas de Doña Meche, Meche y Mircel a veces jugaban con nosotros y pues como ke las considerábamos como parte de una fraternidad intrínseca de la calle en ke vivíamos, además el señor Samuel papa de las niñas, creo ke era dentista, y obviamente nadie keria tener algún problema con tan temido personaje, así ke tampoco era un buen punto para nuestro atraco.

Paco, Paca, Rosalia, Memo, Raúl, Javier y yo teníamos perfectamente bien definido ke la único lugar en el ke nuestra fechoría podía llevarse a cabo era la tienda de don Joakin, el era un señor de pelo gris aunke su cara no tenia arrugas, siempre tenia una amplia sonrisa en el rostro, y se le veía contento todo el tiempo. Su tiendota era la mas grande de la colonia, recuerdo muy bien ke cuando me tocaba ir con mi mama a su tienda para comprar la leche don Joakin siempre me hacia algún comentario chistoso acerca de cómo se veía el peinado de alguna señora en la tienda o de los zapatos de algún señor y cuando mi mama y yo nos dirigíamos a la caja a pagar, junto con el cambio, siempre le daba dulces a mi mama y le decía haciendo una voz ke no era la de el y en un tono extranjero: “Tenga zeñora, aki teneiz eztoz turrones para vuestros hijilloz ” y daba una risotada. Don Joakin era un señor buena onda, pero no no era español, mi papa decía siempre cuando don Joakin hacia su “acto” “a ke don Joakin, le hace al baturro, pero un día le van a caer los etarras” y daba tremenda carcajada, debo haber tardado unos 10 años en agarrarle la onda al chiste.

la travesía a la tiendota nos tomaba unos 20 minutos y en el camino me tocaba distribuir la carga de trabajo, Paca y Paco ke eran hermanos y eran los mas altos, llegarían al mostrador a pedirle al tendero un par de barras de chocolate de Carlos V con relleno cajetoso, no estaban tan chidos los mugres chocolates y no se vendían tanto, kiza por eso Don Joakin los tenia en la vitrina ke estaba a sus espaldas junto a otros dulces y chocolates ke eran los mas caros y también los menos comerciales, por eso mismo don joakin tendría ke darles la espalda para subirse a su bankito y alcanzar los chocolates, luego bajar del bankito y regresar al mostrador, eso nos daría tiempo suficiente para acabar de ubicarnos dentro de la tienda.


y sigue eh!

martes, 24 de marzo de 2009

Doble mensaje de paz

Aquel domingo habíamos quedado en ir mi esposa, mi mamá y yo a desayunar con mi cuñado y su esposa. Yo tenía muchísima hambre pero me consoló que estábamos ya muy cerca del restaurante, a unos metros antes de llegar al crucero en el que habríamos de dar vuelta a la derecha. Mientras nos detuvimos a unos seis autos de la luz roja del semáforo, vimos que un par de niñas bien vestidas se acercaban a las ventanillas de los conductores, intercambiaban palabras y en algunas ocasiones alguna niña corría hacia la banqueta con quienes parecían sus papás (que también se veían bien vestidos) y estos le daban un envase de pintura líquida de color blanco para bolear zapatos…

La niña corría con alegría de regreso hacia el auto cuyo dueño habría autorizado lo que vi a continuación: Con aquella maestría que dan tres horas de estar haciendo lo mismo, la niña escribía “PAZ” en el medallón del auto, que para quienes no estén familiarizados con el término, el medallón es el vidrio grandote de atrás del auto y no sólo un recurso del doble sentido. Algunas veces también les pintaban el clásico ícono de “Peace and love” y cuando la niña terminaba de dejar aquel mensaje corría al auto de atrás mientras que la otra niña quien supongo sería su hermana hacía lo mismo en otro.

A mí me pareció agradable la idea. El hecho de que una familia de clase media o incluso media-alta salieran a convivir esparciendo un mensaje tan positivo y contrastante con la realidad me pareció fantástico e incluso tengo qué confesar que cual niño pequeño pensé “Espero que nos toque”…

De pronto durante lo que serían los últimos segundos de la luz roja, la niña más pequeña se acercó a la ventana que mi esposa ya había abierto y después de escuchar su vocecilla diciendo ¿Le puedo pintar un mensaje de paz? y de ver el tamaño de su sonrisa y el brillo de sus ojos, le devolví la sonrisa y le dije que sí.

Como un bólido la niña se paró atrás de mi auto y en ese momento vimos que la luz se puso en verde. Yo me decidí a darle todo el tiempo que necesitara, aunque noté a la niña bastante apurada por el cambio de luz y al ver que los autos empezaban a avanzar. Como pudo destapó el envase de pintura blanca y escribió rápidamente las tres letras de la palabra paz. Para entonces yo ya no tenía autos adelante, pero seguía detenido. En eso la niña corrió hacia la ventana donde estaba mi esposa y con noble gesto de agradecimiento nos dio las gracias. Yo le iba a responder “no, gracias a ti” cuando de repente como si fuera un trompo giró rápidamente y al tratar de correr hacia sus papás se resbaló o se tropezó con algo. Sólo alcanzamos a ver las dos coletas de mechones güeros precipitándose hacia el piso y el ruido típico que hacen los niños cuando caen al piso.

Paz decía el medallón de mi auto y ¡paz! sonó la niña… Fue un doble mensaje de paz, dije a mi esposa y a mi suegra sin poder contener mi humor negro… Y nos reímos mucho pero a la vez pensamos que no había sido justo… A la gente no le deberían de pasar esas cosas cuando hace cosas buenas.

Lo único que espero es que los padres de la niña no hayan pensado que nosotros éramos gente bélica, amargada, intolerante y que manifestamos el repudio hacia la paz empujando a las niñas con peinado de coletas hacia el pavimento, porque somos incapaces de hacer algo así… Al menos los domingos y en ayunas.

- el güey de junto -

domingo, 22 de marzo de 2009

me cae!


Me cae ke jamas me vuelvo a kejar del metro chilango! neta neta ke no!


una leve muestra de ke los japoneses son capaces de resolver situaciones de presion en horas pico. Lo impresionante del asunto, estriba en el hecho de ke los guadias presentes estan contratados para "ayudar" a resolver dicha situacion, Imagina una situacion similar en la estacion zocalo de la linea 2 del metro de la ciudad de Mexico!, jajajaja yo encabezaria en primer lugar la lista de espera para obtener una chambita de esas... Mis manos se darian vuelo!!!

sábado, 21 de marzo de 2009

Sopa de crisis, o mejor dicho: postre de crisis


Retomando el tema de la crisis, recordaba hace algunos días con algunos ex compañeros de celda —ejem, ejem,- perdón, kise decir del trabajo, los viejos tiempos akellos en ke la loca juventud nos hacia presa de su energía y rebeldía. La crisis en realidad era la del bolsillo propio y había ke resolverla de la mejor manera, lo cual significaba, resolverla por los medios ke fuera. O no hay un dicho ke dice… el fin justifica los medios?

Las primeras fechorías eran cometidas contra los miembros de la familia o habitantes de la casa en la ke alguno de nosotros vivía.

Memo, por ejemplo, se había especializado en los cambios de su papa, la morralla, el varo suelto, el vuelto, las monedillas pues!. Su técnica era limpia y eficaz además de ke la fraterna relación ke sosteníamos todos los del grupo lo hacia compartir con todos nosotros su botín. Su papa, afortunadamente tenia su propio automóvil y como no tenia ese horrible habito de los adultos de fumar, guardaba en el cenicero del carro, las monedas ke se le iban acumulando a lo largo de la semana por ke le estorbaban en el bolsillo. Los jueves, que eran los días en ke el papa de Memo salía por la tarde a las reuniones de no se ke grupo de la doble “A” y le tenia ke dar aventón a un par de sus colegas en su carro, le pedía a mi amigo ke le limpiara el auto muy bien por dentro, ke barriera y cepillara los tapetes de hule negro con la figura de un castillito blanco en el centro y ke revisara ke no hubiera basura debajo de los asientos del conductos y pasajero, también tenia ke limpiar la guantera y el espacio entre los asientos delanteros, todo tenia ke ser barrido y examinado con mucho cuidado por ke Don Memo siempre revisaba el caro antes de irse junto a Memo pero siempre pedía ke estuviéramos todos presentes como testigos por si había ke aplicarle algún castigo al Memo, por no haber hecho bien su chamba. Ahora ke lo recuerdo, nunca castigaron al pinche Memo, tenia mucha suerte yo creo. En cuanto el papa de mi cuate aprobaba la chamba, se subía al carro y se despedía de nosotros, con la sonrisa mas inocente ke una despistada victima de robo audaz podría haber tenido, y nosotros corríamos al callejón a contar el botín ke generalmente era suficiente para podernos dar el pretexto excelente para cometer el siguiente ilícito. Memo sabia muy bien ke debajo de los tapetes del carro y entre los asientos su papa dejaba abandonadas moneditas de las de mas baja denominación ( voy a omitir las denominaciones por ke no kiero balconear ni las identidades secretas de mis compinches ni tampoco sus edades ) ke supongo se le caían en el momento de sacar el puñado de monedas ke llenarían el cenicero y ke no recogía por ke no tenían mucho valor. Memo recogía inteligentemente esas moneditas y secretamente las intercambiaba por las de mayor valor del banco-cenicero, lo cual le daba la impresión a Don Memo de ke el cenicero estaba intacto y ke su fortuna particular cenicerial estaba intacta, lo ke no solo le mantenía contento y sonriente cada jueves al despedirse de nosotros, sino ke además le demostraba lo honrado ke era su Memito. Y así habiendo cometido la primera parte del crimen perfecto, nos dirigíamos bien armados al siguiente punto en el ke aplicaríamos una estrategia mas elaborada y ke rekeria labor de ekipo, pero ke además nos daría mayores satisfacciones en varios rubros de la emoción humana…


CONTINUARA!