Salí de la regadera cerca de las siete con cincuenta de la mañana, escurrí el exceso de agua que tenía en el cuerpo y enseguida tomé mi toalla azul marino. Me sequé, salí del baño y entré a la recámara donde estaba mi esposa todavía recostada pero despierta, ya que se disponía a meterse a bañar.
Me miré al espejo y agradecí tener el cabello tan corto… Al grado en que no tenía ni siquiera qué peinarlo. Mientras me miraba al espejo, Aída me dijo con cierto tono acusativo: -Yo creo que tú eres metrosexual. –Yo un poco extrañado pero sin dejarme de mirar en el espejo le pregunté: -¿Tú crees? –Y fue cuando Aída soltó una carcajada para después decir: -¿¡Cómo crees!? Estoy jugando… ¡Si muy apenas te bañas!
-A pesar de la puñalada proferida a mi autoestima, no pude evitar sonreír festejando el sarcástico humor negro que he fomentado en mi adorada esposa.
- el güey de junto -
Me miré al espejo y agradecí tener el cabello tan corto… Al grado en que no tenía ni siquiera qué peinarlo. Mientras me miraba al espejo, Aída me dijo con cierto tono acusativo: -Yo creo que tú eres metrosexual. –Yo un poco extrañado pero sin dejarme de mirar en el espejo le pregunté: -¿Tú crees? –Y fue cuando Aída soltó una carcajada para después decir: -¿¡Cómo crees!? Estoy jugando… ¡Si muy apenas te bañas!
-A pesar de la puñalada proferida a mi autoestima, no pude evitar sonreír festejando el sarcástico humor negro que he fomentado en mi adorada esposa.
- el güey de junto -
3 comentarios:
A mi me parece que el comentario lleva influencias de Amandititita también jajajaja.
Kitty
jajajaja tu ya bien creido, pensando que si eras metrosexual jajaj... felicitame a tu esposa!!! jeje
Jajajaja buenisimoooo!! Por lo que veo tu esposa tiene buen sentido del humor.
Saluditos!
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