lunes, 23 de junio de 2008

Futuro

Colonia Norestense MX-067170, Distrito B6
Año 2366 D.C.
8:00hrs

Despierto bajo el imperceptible influjo de las ondas Gamma que dan suave y gentil terminación a mi sueño, el cual por cierto no fue tan agradable como lo que me prometieron en la agencia. Tal vez habría sido mejor elegir el perfil de “Piloto profesional de Aerofórmula X1”, que el de “Integrante de una banda masiva de música sub-hiperbólica”. Seguramente que me hubiera divertido más y habría compensado la sensación de culpa que siento por haber suspendido mi programa hipnótico de aprendizaje de Neoasiático. Bueno, no precisamente culpa… Después de todo, no es más que un estúpido requisito que me imponen en mi trabajo por tener un cliente que maneja sus relaciones industriales en ese idioma.

Después de pasar por la cabina de esterilización de mi dormitorio y aceptar la combinación de prendas y accesorios que me propone mi dispositivo vestidor cuatrocientos once, me dispongo a abordar la cápsula de la empresa que exactamente en cuatro minutos con cincuenta y cinco segundos me llevará a mi oficina. Esta vez viajaré sin ver la publicidad de la pantalla y me concentraré como pocas veces en la vista real. Tal vez es porque me siento melancólico.

Cinco minutos después, se abre un extremo de la membrana que cubre la cápsula de un modo en que recordaría un diafragma de esos artículos arcaicos llamados lentes fotográficos y me abre paso a la silla de mi espacio orgánico de trabajo. En cuanto toco la silla, una serie de movimientos suaves deslizan la silla, mi archivo digital, mi pantalla holográfica y mis dispositivos de navegación virtual en forma estratégica para optimizar mis movimientos.

Inicio mi sesión de trabajo y después de siete minutos de actividades, aparece un pequeño aviso holográfico que dice que hay un mensaje clasificación “G” por verificar. Suspiro con ligero aire de molestia pensando cuánto tiempo me tomará leer ese mensaje que por ser clasificación “G”, el tiempo que me tome leerlo me será descontado de mi nómina, por tratarse de un mensaje personal.

Mi dedo índice atraviesa el mosaico de luz que proyecta la palabra “Aceptar” y de inmediato un pequeño cronómetro se muestra en un tercer holograma que emerge cerca del área donde tengo el álbum fotográfico virtual. El mensaje viene remitido por parte del Supremo Ministro de protocolos Cyber-humanos. Qué raro. ¿Porqué un mensaje del Ministro? Al abrirlo e iniciar a escuchar el mensaje que es narrado por una solemne voz andrógina, me sorprende escuchar la iniciativa de sanción que pretenden aplicarme por uso irracional de recursos limitados. Además tengo una llamada de atención por ejercer violencia verbal contra mi viejo seiscientos nueve… Suspiro nuevamente.

Hago memoria y ahora recuerdo el incidente. Hoy a la hora de desayunar, terminé mi platillo y solicité otro igual. Mi viejo seiscientos nueve me dijo que no debía preparar dos veces en el mismo día un platillo basado en proteína de alga y pigmentos de tercera luna, ya que iba en contra del Protocolo de Gestión Organizada de Suministros que raciona los alimentos que se consideran “exóticos” por no ser de fuente renovable. Recuerdo que dije exasperado “¡No es asunto tuyo! ¡Ocúpate de preparar lo que te pedí!”. Por supuesto que me refería a comer una doble ración hoy y no comer la correspondiente al día de mañana para compensarlo. Claro que hablaba de eso, sí, no hay duda. Sólo olvidé aclararlo…

¿O no lo olvidé y en realidad lo omití intencionalmente? ¡En qué estaba pensando! Seguramente el diagnóstico cardio-respiratorio ante el Ministro delatará que mi omisión fue dolosa… Y no puedo pagar tantos créditos como multa... ¿Por qué no pude contenerme? ¡Tendré que prescindir de muchas características y configuraciones avanzadas de mi hogar! Tendré que renunciar a las comodidades. No más inducción de perfiles en mis sueños. No más comida exótica. De nuevo a comer fórmulas procesadas basadas en proteína de trigo… No debí actuar de esa manera tan primitiva…

Por otro lado, la vida no debería ser así, tan estricta. Es alto el precio de la eficiencia… De vivir en un mundo de equilibrio perfecto y recursos escasos. Es lo que nos tocó por vivir en la era cúspide de la humanidad.

- el güey de junto -

3 comentarios:

Cheryl dijo...

Siempre es para mi un placer leer todas las historias que salen de tu imaginación o de tus experiencias.

Para los seres humanos es muy difícil vivir bajo el control de un sistema demasiado estricto y los actos de rebeldía no se hacen esperar aún cuando sea inconsientemente.

Saludos!!

Anónimo dijo...

No haceptes funadas del cannabis!! míra nada más lo que te preovocan, aunque debo admitir que esa hierba en tu mente tiene mucha más coherencia e imaginación. Qué buena historia!
Kitty♥

Anónimo dijo...

perdón me equivoqué, es que el humo de la hierba se encierra dentro del vagón y creo q también termnó afectándome. Bueno lo correcto era : NO ACEPTES FUMADAS