miércoles, 21 de noviembre de 2007

Pan y circo...

En la antigüedad, los emperadores romanos mantenían contento al pueblo con el circo y aventándoles pan entre y durante los espectáculos circences que iban desde representaciones teatrales hasta leones deborando condenados a muerte y uno que zopilote deborando algún dedo olvidado por un león.

Los dirigentes políticos han evolucionado. Ahora las medidas populistas deben ser cada vez más elaboradas para no aburrir a las grandes masas, pues aunque el grueso de la gente sigue siendo comprada por una despensa ordeñada de las ayudas rezagadas de la Cruz Roja, muchas sólo se dejan seducir por medidas populistas de gran rimbombancia. Pirotecnia que les haga sentir que viven en el primer mundo, aunque sea un domingo en la tarde.

Después de la playa capitalina, Ebrard, Jefe de Gobierno del maltrecho Distrito Federal, tuvo la brillantísima y acertadísima idea (nótese el excesivo sarcasmo) de instalar en el zócalo capitalino la pista de hielo más grande del mundo, capaz de contener dentro al mismo tiempo a 1,200 mexicanos que podrán sentirse que patinan en algúna provincia francesa.

Sobra mencionar que la inversión para este capricho es bastante importante... Vaya... si me pongo a traducirlo en medidas de impacto positivo a la sociedad, hasta me da coraje... Hasta parece que lo veo. La gente patinando mientras ve fuera de la pista a las decenas de personas con un cartel colgado del pecho que ofrece sus servicios como albañil y electricista, o a la marchanta con flamantes patines llevando a su entamalado chilpayate pidiendo una ayudita para comer. Caray, con tantas carencias y estos monos gastándolo en ilusiones efímeras que no nos ayudan como país mas que para apantallar a los turistas.

Viva México!

>> Grinch <<

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