viernes, 4 de abril de 2008

Seducción por interés... ( 2 )

Continuación de aquí...

... se sentó conmigo y me dijo -Me dijo Claudia que te diera esto... Me había anotado su número tras un volante que anunciaba una promoción de tres por dos en cerveza oscura. -Y también me dijo que si querías acompañarnos para estar con ella... Pensé que mi suerte había regresado y que posiblemente obtendría mi regreso gratis a casa... Pero los planes del destino eran un poco... Diferentes...

-Tus amigos del grupo y yo estábamos invitados ¿eh?. Nos esperamos a que terminaran las dos últimas canciones que tocaría el grupo esa noche y cuando les comenté al grupo, entre burlas de que aludían a mi buena pesca salimos a alcanzar a Claudia y a los otros que ya estaban en la esquina parando un taxi, porque ninguno de los cinco tenía auto... Pensé que después de todo, no hubieran podido llevarme a mi casa.

Entre el taxi que pararon y el vocho del bajista del grupo, nos apretujamos todos para llegar a casa de quien después supe, era prima de Claudia. Bajamos junto con un par de botellas y una vez en su casa, el compañero que venía sin pareja y que resultó ser el hermano de Claudia, trajo la guitarra para seguir la bohemia... Al menos durante unos breves minutos, hasta que se terminó la primera botella y a alguien se le ocurrió jugar precisamente... A la botella.

Empezamos poniendo tragos de castigo. A los veinte minutos Claudia y algunos más estaban bastante ebrios y el hecho de que había algo entre Claudia y yo ya era evidente. Ella me abrazaba, me tomaba de la mano y yo me dejaba querer. Cuando los castigos cambiaron de alcohol a besos y caricias semi-sexosas, "casualmente" todos los castigos de Claudia eran conmigo y viceversa... Hasta que Claudia omitiendo turnos, se mostraba ya bastante empalagosa en una mezcla extraña entre sensualidad exagerada, ofrecimiento y briaguez. Sentada en el piso como todos y junto a mí, me empezó a estrujar por encima del pantalón. A mí, pese a mis tragos encima, me dio mucha vergüenza. Disimuladamente le quitaba la mano a Claudia quien me preguntaba con los ojos entrecerrados -Qué... ¿No te gusta que te acaricie la pierna? -Es que esa no es precisamente mi pierna... Hasta que Claudia se paró y casi ordenándome dijo "Ven conmigo". Me jaló de la mano y me llevó a la entrada del baño. Abrió la puerta y ya me iba a jalar para meterme con ella hasta que se detuvo en seco. Me hizo un ademán de "Alto" con la mano, cerró la puerta dejándome afuera y la escuché vomitar de una forma aparatosa. -¿Estás bien? -Sí, es que... Algo me cayó mal... Omití mi respuesta sarcástica de "Sí, tal vez las nueve cervezas y los ocho caballitos de tequila", pero con la tranquilidad de que estaba conciente tomé una decisión.

Con sólo imaginar a Claudia estrujándome el pantalón y besándome con aliento a vómito, las cosas eran bastante claras. Tenía que huir... Y como si el sonoro ruido vomitivo fuera una alarma común, mis compañeros solidarios se pusieron de pié y nos comenzamos a despedir. Claudia salió del baño con el maquillaje corrido, cara lavada, ojos hinchados y cabello mojado. -¡No te vayas! Dijo tomándome con fuerza del brazo. -Es que ya me tengo qué ir, luego nos vemos, tengo tu teléfono. Repetía yo tratándome de zafar... Estuvo colgada de mi brazo hasta que su prima me ayudó a detenerla para que saliéramos sin mayor problema, pues Claudia ya estaba bastante necia. -Tssss... Quién te viera, perrín... ¿Ya ves? ¿Quién te manda a tocar mi guitarra de la suerte? Aunque Julio lo decía sarcásticamente.

Julio pidió al bajista que me llevaran hasta mi casa. Les di las gracias y subí las escaleras hacia el departamento...

Meses más tarde, en el mismo bar, me encontré a su prima, quien vio que ya tenía celular. -¿No que no tenías teléfono? -Es nuevo. -Ah, ¿Me dejas verlo? Sirve que te anoto el celular de Claudia. Le dije que sí y ella sacó su celular y empezó la trascripción. Se me hizo raro que no me pidiera mi número y finalmente nos despedimos. El siguiente fin de semana, fui al mismo bar y me salí temprano para alcanzar el camión, pero mientras iba rumbo a la parada de camiones vi de lejos a Claudia y su grupo. Me saludaron todos desde lejos, menos Claudia. Seguí caminando, tomé el camión y llegué a mi casa. Ya estaba acostado en mi cama cuando sonó mi celular. -¿Adivina quién soy? Reconocí la voz... deduje que la prima de Claudia había sacado mi número cuando le presté mi teléfono y se lo había pasado. -¿Claudia? -Sí, ¿En dónde estás? -En mi casa, a punto de dormirme... -¿Cómo? ¿Tan temprano? -Es que no tengo dinero para regresar en taxi a mi casa. -Lánzate para acá, yo te pago el taxi... -Pero también es el taxi de ida y no tengo dinero para ni un trago y no pienso cargarte la mano. -Ya te dije que yo te pago todo. No discutas. Aquí te espero...

Continuará...

- el güey de junto -

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ohhh! esa Claudia iba con todo ohhh!!
Kitty

MIG dijo...

osea.. otra ke te paga todo!!! ke les das a las chicas ehhh????