martes, 11 de diciembre de 2007

¿Damos? o ¿no damos?

Existen muchísimas opiniones sobre la gente que se dedica a pedir dinero en la calle o fuera de ciertos lugares específicos y así como tantas opiniones hay versiones, mitos y leyendas urbanas sobre estas personas.

Todos al menos hemos escuchado sobre "un señor" que pide dinero en la calle y que es dueño de una flota de taxis, o de la señora que pide limosna y al final de su jornada es "levantada" por su chofer que maneja una lujosa camioneta. También recibimos como 5 veces el correo que relata un documental hecho por el tal Facundo donde pone en evidencia la mafia que renta niños empastillados a las "Marías" que piden limosna.

Hay gente que da dinero a todo tipo de personas que piden, hay quienes no dan dinero ni en defensa propia y hay quienes somos (porque me incluyo) selectivos al momento de dar dinero. Yo por ejemplo sólo doy dinero a gente que se que no podría encontrar un trabajo para subsistir. Gente de edad muy avanzada o con discapacidades importantes. Jamás doy dinero a mujeres con niños, ni a hombres que tengan aptitud física para al menos sostener una escoba ni mucho menos a niños, sin embargo he recibido comentarios y reproches sobre lo mal que hago al dar dinero a los viejitos o discapacitados, pues me dicen que mucha de esa gente es manipulada y que lo que colectan van para sus "manejadores".

¿Quién tiene la responsabilidad de ver por las personas que no pueden mantenerse solas? Supongamos que nos ponemos de acuerdo para no dar limosna a nadie, que deja de ser negocio y ¿Qué veríamos? Efectivamente la gente que lo ve como negocio dejaría de vivir de eso, pero ¿Qué hay de aquellos a los que no les queda de otra? ¿Quién le va a dar empleo al viejito que no sabe leer ni escribir y que le falta una pierna? ¿El gobierno va a distinguir entre quienes pueden mantenerse y quienes no, para dar apoyo?

Entonces... ¿Damos? o ¿no damos?

* Diva Enmascarada *

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