miércoles, 19 de diciembre de 2007

A propósito de las posadas...

Estamos en el mero mole de las posadas... a la a la tercera parte del maratón Guadalupe-Reyes, que implica que muchos beben alcohol como animales tomando agua del bebedero. Aunque aquí entre nos, conozco a más de uno que parece que más bien vive el maratón Reyes-Guadalupe porque se la pasan pegados a la botella cuan vil corcholata corriente.

Además de los consejos sobre seguridad y los sermones sobre los nefastos efectos de andar de conductor chupístico (alcohólico) me gustaría hacerles unas sencillas recomendaciones que pueden servirle a más de uno para prevenir ciertos males comunes de esta chorcha decembrina.

1. Cuando vaya a una posada en calidad de visitante, recuerde antes que todo verificar dónde está orinando la gente. Evítese sorpresas desagradables. Habemos impúdicos a quienes poco nos importa que nos descubran regando los arbolitos de la colonia y quienes cínicamente hasta podemos desear feliz navidad con instrumento en mano, pero si tu eres de los que tienen vejiga tímida o eres de las que necesitan una taza de baño con todos sus accesorios y demás protocolo, asegúrate que hay un baño digno de tus expectativas (considerando que la expectativa va bajando conforme la ingesta de alcohol) o de otro modo, prepárate para no beber más de lo que tu vejiga puede contener.

2. Imagínate el punto número uno, pero cambia los conceptos líquidos por sólidos. Si no tienes suficiente imaginación para saber a lo que me refiero, no pierdas tu tiempo leyendo esto y que los Reyes Magos te bendigan.

3. Entérate de a quién le estás gorreando los tragos. Es muy desagradable que cuando el alcohol se va acabando, el anfitrión ya con varios grados de alcohol en la sangre se ponga a exigir que se le compense el parque invertido así que por si las dudas, por muy cuate que sea tu compadre, lleva el dinero suficiente como para pagar lo que podrías consumir. Rara vez tienes que desembolsar cuando te propones ir de gorra, pero más vale tener con qué sostener tus aires de orgullo, soltar dinero y poner cara de "En mejores fiestas he tomado... y gratis"...

4. Si eres de estómago delicado, evita platillos que sean riesgosos. Como pipián, salsas de dudosa procedencia, tamales de color anormal, atole de consistencia babosa y demás variedad culinaria que te haga pensar: "A ver si la libro".... confía en tu sexto sentido! si algo te dice que no es normal que la comida tenga pelos o si no estás familiarizado con la comida que se mueve, es preferible pasar por prudente que ser un valiente con diarrea. Una diarrea posadeara puede ser el fin de una bonita velada. Olvídate de llegar a tercera base con la vecina si te enfermas de la panza.

Espero que este manual de supervivencia posadera salve a más de un pasajero asiduo de este glorioso vagón.

- el güey de junto -

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