
El margen de votación fué bastante cerrado. Casi podría decirse sardónicamente que se esperaba una reacción del Sr. Chávez similar a la del comiquísimo e hilarante caudillo del pueblo López Obrador. Lo raro aquí es que pese al pequeño margen no hubieron rabietas. No se impugnó nada, no se atacó nada de ilegítimo.
Lo que yo me pregunto es ¿A qué hora va a sacar las garras? ¿Cuándo va a terminar su cuento de "Me voy porque así el pueblo lo pide"? Yo con mi poco conocimiento de causa y exceso de suspicacia espero que a mediano plazo voltee la tortilla y se aferre a no irse de la silla. Sólo esperemos que el pueblo respalde sus propias decisiones con mano firme y que no cueste muchas vidas.
>> Grinch <<
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