lunes, 24 de marzo de 2008

Si chiquidrácula puede... ¿Por qué un político no?

Los Emos y los Darks andan fraguando una tregua y haciendo un esfuerzo (dentro de los márgenes de la ignorancia e intolerancia infantil de varios) por llevar la fiesta en paz. Tanto Emos como Darks son inofensivos para la sociedad y sus decisiones no van más allá de lo que sería dictar una nueva tendencia en la moda de ciertos círculos, sin embargo hacen su luchita por hacer alarde de razonamiento.

Los que deberían aprender ese principio de conciliar lo que a todas luces da muestras de ser irreconciliable son los Perredistas, pues en lo que a su elección interna para presidir el partido se refiere, nomás no hay para dónde. Por un lado, el candidato pejista por excelencia, Alejandro Encinas, clamaba ser el vencedor de la contienda. Por otro lado, su contendiente Jesús Ortega clamaba lo mismo. Pasan los minutos, las horas y aunque las encuestas ya muestran una leve inclinación en la balanza, el PRD sigue tenso por la parálisis que precede el caos. Parece que sólo es cuestión de instantes para que el partido del solecito feliz se fracture irremediablemente por caer en su propia trampa. "Polarizar todo". "Blanco o negro".

Nomás para que se den un quemón... Cárdenas, ya está sugiriendo que se anule la votación... ¿A qué lado del PRD le toca clamar "Voto por voto, casilla por casilla"?

Si un escuincle que desayuna Zucaritas, que es zapeado por el hermano mayor y que se viste de vampiro para salir a la calle es capaz de entender y respetar las diferencias de quien no piensa como él así como de acatar un acuerdo, lo menos que esperaría uno de un partido político "bien fundamentado" es al menos el mismo nivel de tolerancia y... Bueno, no. La verdad es que no es lo menos que esperaría... Es demasiado pedir porque... Vivimos en México.

>> Grinch <<

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