El lugar: El corazón de la ciudad de Los Ángeles, el puerto comercial mas agitado del sur de California, el centro mismo de la cinética del oro y plata transformados en papel ke compra todo, conciencias, lenguajes, nacionalidades, hasta residencias y ciudadanías, todo tipo de productos legales y por su puesto, también ilegales. La esquina de la calle 8 y los Ángeles street el vértice de uno de los sectores mas antiguos del lugar. En medio de viejos y altos edificios pardos, grisáceos y llenos de extraños garigoles y molduras ke no checan con la modernidad de nuestros tiempos, se extiende el famoso distrito comercial del ropaje! Y en esa esquina particularmente rara se encuentran conocidas tiendas de moda europea para caballeros! Fino calzado, trajes de diseñador, Sombreros de tejidos importados mezclas de fibras naturales y pelos de animales, suaves prendas para esos caballeros de las piernas cercenadas, ustedes ya saben donde y se imaginan por ke, y si no es así, solo hace falta ke caminen un par de horas por el centro de los Ángeles o le den una repasadita a choros anteriores también publicados por aki recientemente.
La hora: 11:36 de la mañana, trafico pesado, bien nutrido y surtido de tamaños, colores, marcas y usos. Velocidades controladas no solo por el flujo vehicular sino también por el peatonal. Un día estresante pero normal dentro de lo ke cabe en el centro de una metrópoli como esta.
La regla máxima en el “downtown” jamás por ningún motivo usar el claxon. Es infracción al reglamento y te hace acreedor a una multa, casi al mismo nivel la de respetar al peatón. Si cruza de una acera a la otra no te puedes mover un ápice hasta ke este, pise la banketa del lado a la ke va a cruzar. Es bien sabido ke las reglas y leyes ke rigen en ese lugar son una combinación única entre las leyes del gobierno de la ciudad y las impuestas por la realidad de la calle. El Alcalde de la ciudad tiene ke pensar en todos los personajes involucrados y los intereses económicos también soy muy variados, los grupos organizados y los no organizados convergen en un espacio relativamente pekeño y en un descuido hasta podría un leve error convertirse en un evento de carácter racial o de incidencia internacional, pero con todo y eso el trafico es relativamente ordenado. La excepción se da entre las 11:00 y las 16:00, en la ke conductores de todos los colores y sabores nos reunimos en las calles de Los Ángeles para traficar con nuestras mercancías. Gente conduciendo, unos con experiencia en el manejo de automóviles en el agitado centro de la ciudad la cual esta atiborrada de peatones, y otros no tanto…clientes, compradores, vendedores ambulantes, policías a pie, en bicicleta y un chinguero de patrullas. Sobre las banketas, el universo alterno al de las makinas motorizadas, también se compone de personas de todas las razas habidas y por haber, y al igual algunos con experiencia en la “caminada” y otros no! Algunos nacionales, otros nacionalizados, los mas, ilegales de todas las latitudes del globo, recién llegados, o turistas, compradores de añejo o recientes visitantes en pleno turismo económico. El Babel moderno en el ke se mezclan en makinas y en zapatos, todos los niveles sociales y razas del planeta, sin exagerar.
El día estaba soleado y bastante caliente, acababa de librar un blokeo policíaco sobre la calle wall y la 8 todos las patrullas y bicicletas policíacas se dirigían hacia allá, kien sabe ke diablos pasaría. Ese día el corazón me latía de manera extraña, como si mi arritmia cardiaca se acompasara con las notas musicales ke provenían de la música de Hevia un excelente ejecutante de gaita asturiana español cuya obra es tan particular ke nisikiera me podría atrever a etiketarla. Tanzila sonaba seguida por la mermuradora una y otra vez en el reproductor de cds de mi carro, programado especialmente para repetir estas dos rolas juntas una tras otra, una y otra vez!
La hora: 11:36 de la mañana, trafico pesado, bien nutrido y surtido de tamaños, colores, marcas y usos. Velocidades controladas no solo por el flujo vehicular sino también por el peatonal. Un día estresante pero normal dentro de lo ke cabe en el centro de una metrópoli como esta.
La regla máxima en el “downtown” jamás por ningún motivo usar el claxon. Es infracción al reglamento y te hace acreedor a una multa, casi al mismo nivel la de respetar al peatón. Si cruza de una acera a la otra no te puedes mover un ápice hasta ke este, pise la banketa del lado a la ke va a cruzar. Es bien sabido ke las reglas y leyes ke rigen en ese lugar son una combinación única entre las leyes del gobierno de la ciudad y las impuestas por la realidad de la calle. El Alcalde de la ciudad tiene ke pensar en todos los personajes involucrados y los intereses económicos también soy muy variados, los grupos organizados y los no organizados convergen en un espacio relativamente pekeño y en un descuido hasta podría un leve error convertirse en un evento de carácter racial o de incidencia internacional, pero con todo y eso el trafico es relativamente ordenado. La excepción se da entre las 11:00 y las 16:00, en la ke conductores de todos los colores y sabores nos reunimos en las calles de Los Ángeles para traficar con nuestras mercancías. Gente conduciendo, unos con experiencia en el manejo de automóviles en el agitado centro de la ciudad la cual esta atiborrada de peatones, y otros no tanto…clientes, compradores, vendedores ambulantes, policías a pie, en bicicleta y un chinguero de patrullas. Sobre las banketas, el universo alterno al de las makinas motorizadas, también se compone de personas de todas las razas habidas y por haber, y al igual algunos con experiencia en la “caminada” y otros no! Algunos nacionales, otros nacionalizados, los mas, ilegales de todas las latitudes del globo, recién llegados, o turistas, compradores de añejo o recientes visitantes en pleno turismo económico. El Babel moderno en el ke se mezclan en makinas y en zapatos, todos los niveles sociales y razas del planeta, sin exagerar.
El día estaba soleado y bastante caliente, acababa de librar un blokeo policíaco sobre la calle wall y la 8 todos las patrullas y bicicletas policíacas se dirigían hacia allá, kien sabe ke diablos pasaría. Ese día el corazón me latía de manera extraña, como si mi arritmia cardiaca se acompasara con las notas musicales ke provenían de la música de Hevia un excelente ejecutante de gaita asturiana español cuya obra es tan particular ke nisikiera me podría atrever a etiketarla. Tanzila sonaba seguida por la mermuradora una y otra vez en el reproductor de cds de mi carro, programado especialmente para repetir estas dos rolas juntas una tras otra, una y otra vez!
continuara! (pero porsupuesto!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario