jueves, 25 de octubre de 2007

Somos tan ciegos...

Con mucha tristeza me topo con documentales, textos, testimonios y experiencias de personas que han vivido directa o indirectamente algún tipo de discriminación contra la gente con Sida.

Esto es reprobable aunque comprensible cuando se da en personas sin acceso a la educación, gente sumamente marginada a la cual las campañas informativas donde tratan abiertamente el tema no han podido alcanzar... gente que no necesariamente tiene la culpa de ignorar algo que muchos sabemos. El problema es que la discriminación no sólo se da con la gente que es ignorante. También se da con gente que aún teniendo estudios, tiene una tendencia natural al rechazo. Gente que a sabiendas de que no se va a contagiar por simple contacto físico, evita a toda costa establecer cualquier tipo de contacto o comunicación con personas que desgraciadamente tienen este virus. Los dejan de ver como personas.

He tenido oportunidad de convivir con personas con esta enfermedad. No les voy a exagerar. No conozco a más de 4 personas en esta circunstancia, pero esa pequeña cantidad me ha dado el testimonio firme de que generalmente estas personas están más apegadas a la vida. Son gente que irónicamente tienen la dicha de saber que tienen los días contados y que por lo mismo buscan aprovechar su vida al máximo. Son gente que no pueden darse el lujo de esperar hasta el próximo año para hacer las paces con otra persona, o que no pierden el tiempo guardando rencores. Casi siempre son personas que sufren más que por la enfermedad, por el rechazo y por todas las cosas que saben que no tendrán oportunidad de hacer ni de vivir.

¿Cuántas mujeres con Sida han deseado con toda su alma ser madres? ¿Cuántos hombres con Sida han deseado estar el día en que su hija llegue al altar? ¿Cuántos niños viven sin entender porqué en lugar de estar jugando football en la calle, están encerrados en sus casas con enfermedades crónicas?

Esas personas merecen respeto porque son personas, pero también, más allá de ese hecho irrefutable, por ser personas que tienen más amor por la vida que nosotros. Porque tenemos que ver con cierta vergüenza que somos tan ciegos que no somos capaces de ver lo bella que es la vida... hasta que no nos amenazan con dejarla.

Les dejo un video que me gustó mucho...



* Diva enmascarada *

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