Alguna vez hemos escuchado que cuando alguien se queja de su miserable suerte asociada a hechos con bajísima probabilidad de suceder, alguien más le recomienda resignación bajo la explicación de que la Ley de Murphy simplemente se hizo presente.
Para los que no sepan lo que es la ley de Murphy podríamos resumirla en la siguiente máxima: "Si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal... Sin importar lo pequeña de la probabilidad".
Unos ejemplos de la Ley de Murphy aplicada a la vida diaria:
1. Las probabilidades de que te manches comiendo son directamente proporcionales a la necesidad de que tengas que estar limpio.
2. Las probabilidades de que toquen el timbre aumentan conforme entras al baño.
3. Cuando te cambias a un carril más rápido, se vuelve más lento que el carril en donde estabas.
4. Los mejores programas de TV los pasan a la misma hora.
5. Es probable que tengas que usar algo que tenías guardado justo después de deshacerte de él.
6. Mientras más temprano o puntual llegues, más tarde llegarán los demás.
7. Mientras más tarde llegues, más temprano habrán llegado los demás.
8. Las probabilidades de chocar en tu auto aumentan cuando vence el seguro.
9. Las probabilidades de tener un ataque de comezón en la nariz son directamente proporcionales a la cantidad de mugre que tengas en las manos.
Una vez entendida la Ley de Murphy, podemos sacarle provecho. Es muy sencillo:
Caso 1
Supongamos que esperas una llamada urgente. ¿Cómo hacer que suceda? ¡Sencillo!
1. Prepara una toalla y/o bata.
2. Abre la llave de la regadera y entra.
3. Haz como si te pusieras shampoo en la cabeza, pero sin hacerlo en realidad.
4. ¡En ese momento debe de sonar el teléfono!, pero no corras a contestar.
5. Espera a que suene el timbre unas 3 veces, porque si contestas de inmediato, la ley de Murphy propiciará que sea una llamada poco importante.
Caso 2
Supongamos que queremos agregar jugo de limón al pescado. ¿Cómo hacerlo sin que salpique el limón hacia nuestros ojos?
1. Pida unos lentes prestados.
2. Colóquelos sobre el pescado en el plato.
3. Exprima el limón e invariablemente irá disparado hacia los lentes.
Caso 3
Supongamos que estamos desesperados para que llegue un ascensor para ir al último piso de un edificio y queremos que llegue ¡ya! Porque tenemos prisa... ¿Qué hacemos?
1. Descargamos una flatulencia.
2. Esperamos 2 segundos y un ascensor lleno de gente con olfato sensible habrá llegado. (Requiere de cierto grado de cinismo usar el ascensor)
Y así como estos casos, existen cientos de posibilidades para sacar provecho de la probabilidad potencial de ser perjudicados por la Ley de Murphy. El secreto radica en anticipar lo malo, aceptarlo pero buscar un beneficio de aquel mal. Si aún así Murphy los sigue perjudicando en la mayoría de sus actividades, resígnense. Son caso perdido.
>> Grinch <<
Para los que no sepan lo que es la ley de Murphy podríamos resumirla en la siguiente máxima: "Si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal... Sin importar lo pequeña de la probabilidad".
Unos ejemplos de la Ley de Murphy aplicada a la vida diaria:
1. Las probabilidades de que te manches comiendo son directamente proporcionales a la necesidad de que tengas que estar limpio.
2. Las probabilidades de que toquen el timbre aumentan conforme entras al baño.
3. Cuando te cambias a un carril más rápido, se vuelve más lento que el carril en donde estabas.
4. Los mejores programas de TV los pasan a la misma hora.
5. Es probable que tengas que usar algo que tenías guardado justo después de deshacerte de él.
6. Mientras más temprano o puntual llegues, más tarde llegarán los demás.
7. Mientras más tarde llegues, más temprano habrán llegado los demás.
8. Las probabilidades de chocar en tu auto aumentan cuando vence el seguro.
9. Las probabilidades de tener un ataque de comezón en la nariz son directamente proporcionales a la cantidad de mugre que tengas en las manos.
Una vez entendida la Ley de Murphy, podemos sacarle provecho. Es muy sencillo:
Caso 1
Supongamos que esperas una llamada urgente. ¿Cómo hacer que suceda? ¡Sencillo!
1. Prepara una toalla y/o bata.
2. Abre la llave de la regadera y entra.
3. Haz como si te pusieras shampoo en la cabeza, pero sin hacerlo en realidad.
4. ¡En ese momento debe de sonar el teléfono!, pero no corras a contestar.
5. Espera a que suene el timbre unas 3 veces, porque si contestas de inmediato, la ley de Murphy propiciará que sea una llamada poco importante.
Caso 2
Supongamos que queremos agregar jugo de limón al pescado. ¿Cómo hacerlo sin que salpique el limón hacia nuestros ojos?
1. Pida unos lentes prestados.
2. Colóquelos sobre el pescado en el plato.
3. Exprima el limón e invariablemente irá disparado hacia los lentes.
Caso 3
Supongamos que estamos desesperados para que llegue un ascensor para ir al último piso de un edificio y queremos que llegue ¡ya! Porque tenemos prisa... ¿Qué hacemos?
1. Descargamos una flatulencia.
2. Esperamos 2 segundos y un ascensor lleno de gente con olfato sensible habrá llegado. (Requiere de cierto grado de cinismo usar el ascensor)
Y así como estos casos, existen cientos de posibilidades para sacar provecho de la probabilidad potencial de ser perjudicados por la Ley de Murphy. El secreto radica en anticipar lo malo, aceptarlo pero buscar un beneficio de aquel mal. Si aún así Murphy los sigue perjudicando en la mayoría de sus actividades, resígnense. Son caso perdido.
>> Grinch <<
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